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Asime muestra preocupación ante los aranceles anunciados por Trump

Desde Asime, desde el sector metal gallego, vemos con absoluta preocupación los nuevos aranceles que impone la Administración Trump, que está abriendo una guerra comercial de consecuencias incalculables, no solo para Europa, sino también para los propios estadounidenses y resto de países. El gravamen universal del 10, que entra en vigor este sábado, y los recíprocos, con un 20% para la UE a partir del 9 de abril, suponen la tasa arancelaria más alta en más de un siglo. Estamos por tanto ante un cambio de paradigma y Europa y el resto de las potencias se verán obligadas a responder en una escalada arancelaria que echa por tierra las políticas que han impulsado la globalización y el comercio internacional.

En todo caso, tenemos esperanzas de que triunfe el diálogo entre la Unión Europea e los EEUU. Un diálogo basado fundamentalmente en esa alianza, no solo comercial, sino también política estratégica que reinó entre los dos territorios desde hace siglos. Confiamos en que en las próximas semanas y meses se corrija en parte esta situación, ya que EEUU es un territorio con el que hemos intensificado relaciones en los últimos años y con quien nos sentimos muy cómodos. Creemos que estamos aportando gran valor a la industria y economía de Estados Unidos, y así nos lo trasladan los empresarios estadounidenses con los que trabajamos.

No nos parece adecuado incrementar de esta forma los aranceles en un mercado global como el actual, especialmente en este momento de tensiones geopolíticas máximas en el tablero internacional. Entendemos que la administración Trump, con estas medidas, intenta atraer inversiones a su propio territorio, y está en su pleno derecho de hacerlo, pero en una economía tan globalizada como la actual, donde el país también se beneficia de una intensa actividad comercial internacional, no es realista pensar que no haya represalias recíprocas ni alzas de precio que afecten a todos los consumidores. Además, la inseguridad que están generando estos anuncios constantes y cambios de criterio no animan a los inversores, como hemos podido comprobar en las bolsas estos últimos días y semanas.

Desde la pandemia, muchas potencias hemos hecho un ejercicio necesario de repensar el modelo e intentar relocalizar industrias estratégicas, pero corregir esos desajustes de la globalización requeriría un debate multilateral muy amplio, y no medidas unilaterales con entrada en vigor casi inmediata.

Por eso llamamos a la Unión Europa a continuar trabajando en un diálogo intenso con Estados Unidos, dado que el no entendimiento tendrá un impacto muy negativo para ambas partes. En todo caso, si no hubiera entendimiento, será necesaria una respuesta adecuada y unida por parte de la Unión Europea, para defender nuestros intereses. En ese escenario, que esperamos no se confirme, creemos que, en la Unión Europea, y en concreto España y nuestro sector metal gallego, tendremos intensificar nuestras relaciones con otros mercados que ya conocemos, e incluso abrir nuevos mercados, algo a lo que estamos muy acostumbrados en Galicia, especialmente en un sector netamente exportador como el nuestro, pero que también saben y deberán hacer otros países como Alemania o Francia.

Impacto en el sector metal gallego

El impacto de estas medidas es todavía incierto y difícil de cuantificar, pero todo apunta a alteraciones en las cadenas de valor, inflación, retraso en las decisiones de compra e inversión y por lo tanto una posible recesión en muchos países.

En lo relativo al sector metal gallego, EEUU representa en torno al 5% de nuestras exportaciones, por lo que no es un mercado prioritario, pero sí que tiene afectación, también porque es un país con el que estábamos estrechando especialmente relaciones en los últimos años.

Sin embargo, aunque en lo global no habrá una afectación directa tan marcada, sí que prevemos cierto impacto, especialmente en industrias que trabajan más habitualmente para EEUU directamente, o para otros países que acaban exportando productos finales a esa potencia.

Es el caso de la industria de automoción, que va a sufrir un nuevo gravamen del 25%. A nivel exportación de vehículos no hay una preocupación directa, porque las ventas al país norteamericano desde Galicia y España son prácticamente residuales o incluso nulas. El grueso de nuestras exportaciones de automóviles ensamblados en España se concentra en Europa -siete de cada diez- y en menor medida los países del Magreb.

Sin embargo, sí que preocupa la parte de componentes de automoción, en la que trabajan en torno a 200 empresas en nuestro territorio. Si bien EEUU es el 8º país al que enviamos esos productos, la mayor afectación puede venir por los componentes que vendemos a países como Alemania, Francia o México, que luego integran en los vehículos que venden ensamblados a EEUU y que sí estarían afectados por el nuevo gravamen. En ese sentido, lo que ocurra en Alemania acabará afectando a toda la cadena de suministros de la automoción a nivel europeo, y es que el mercado germano concentra el 64% de las exportaciones de vehículos de la UE hacia EEUU.

Otras industrias que pueden sufrir impacto son el aluminio, especialmente los productos de extrusión y perfilería, porque estos están afectados por arancel adicional del 25%; y también la aeroespacial y los fabricantes de determinados equipos y maquinaria, que en los últimos años estaban ampliando su mercado y exportación a EEUU.

Por lo tanto, estamos hablando de un mercado que no es protagonista para el metal gallego, pero obviamente sí que se prevé afectación directa o, sobre todo, indirecta, que pueda perjudicar nuestras ventas en los próximos meses y años. Por eso reiteramos nuevamente la confianza en el diálogo como medida para arreglar esta situación y que al final ganemos todos.

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