Los gallegos aplauden tener el trabajo cerca de casa, pero se ven mal pagados
[Vía; La Voz de Galicia]
Seis de cada diez consideran buena o muy buena la estabilidad de su puesto
El gallego tiene fama de trabajador, y decir de alguien que lo es se convierte en un halago que va más allá de lo puramente laboral. Tal vez por eso, menos del 20 % cree que la carga y el ritmo de su empleo son excesivos, y casi la mitad están muy satisfechos. Se valora especialmente la estabilidad del puesto y que este se ubique cerca de la residencia familiar; en cambio, lo que menos les gusta a los gallegos es el sueldo, de los más bajos de España.
Sin duda la Enquisa Estrutural a Fogares del IGE refleja la realidad económica de los hogares galaicos. Según la Agencia Tributaria, el salario medio gallego en el 2016 era de 18.114 euros brutos, y la comunidad tenía 766.947 personas asalariadas. Frente a esta cantidad hay nada menos que 696.858 pensionistas, cuyos ingresos también son de los más bajos del país, ya que suman al cabo del año 12.273 euros antes de
impuestos. Además hay 67.194 personas en situación de desempleo con unos ingresos medios de 3.099 euros brutos al año.
La vida laboral de los gallegos
La cuestión económica es tal vez el punto más oscuro que los gallegos tienen con el trabajo. Porque en el resto de los ámbitos, hay bastante aceptación. Por ejemplo, prácticamente el 80 % considera que trabaja en el puesto para el que está cualificado, aunque hay un 16 % que entiende que ocupa un lugar peor del que le corresponde. Nueve de cada diez aprueba las condiciones ambientales de su puesto (temperatura, ruidos, espacio) y solo el 4 % temen por su seguridad. Tres de cada diez mejoraría el horario de trabajo y algo menos, las tareas que realizan.
¿Y qué hacen los gallegos? Sobre todo trabajar en el sector servicios. En Santiago se dedican a esto el 88 % de los trabajadores, casi el mismo porcentaje que en A Coruña (87), Mondariz-Balneario, Ames o Lugo (85 %). De las localidades de cierto relieve solo bajan del 80 % en el sector servicios Cambre y Vigo, y para eso en diciembre del 2017 el porcentaje de empleados en este grupo era del 79,9 %. La media de Galicia roza el 74 %. Es la industria el segundo gran motor de la economía por número de empleos, y eso que tiene solo 13 de cada 100. La construcción, a pesar de la crisis, se lleva el 7 %, y agricultura y pesca languidecen sin llegar al 6 % de los ocupados.
Por subsectores, el que más trabajadores convoca es el del comercio, tanto mayorista como al consumidor, así como negocios como talleres o servicios de motor. La industria manufacturera, las actividades sanitarias y los servicios sociales, la Administración, la hostelería, la construcción y la educación son, por este orden, los siguientes espacios en contratación. Lo que menos empleo genera a día de hoy son las industrias extractivas, las comunicaciones y las actividades inmobiliarias (que incluyen las bancarias y de seguros).
Poco amigos de las horas extra, el 62 % dicen no exceder su horario laboral
A los gallegos no parece que les gusten especialmente las horas extra. Según la Enquisa Estrutural a Fogares del IGE, el 62 % de los trabajadores de la comunidad simplemente no siguen trabajando fuera de su horario oficial. Entre quienes sí hacen horas extras (38 %), la mayoría parecen obligados a realizarlas, porque el 22 % de los empleados dicen que sí pasan más tiempo en el trabajo del establecido pero no cobran por ello, y solo un 6,3 % asegura que se queda pero siempre a cambio de dinero o tiempo libre. Hay un 9,4 % que hace horas extras y solo a veces a cambio de dinero o tiempo libre.