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Vulcano consume el anticipo de la banca y urge tesorería para acabar la construcción del ferri

[Vía Faro de Vigo]

El astillero asegura que está «al día» con las nóminas de la plantilla, y anticipa que las pruebas de mar se realizarán «a finales de mes»

Factorías Vulcano ha agotado el anticipo financiero que recibió de la banca para culminar el Villa de Teror, el ferri firmado con Trasmediterránea en abril de 2017. Así lo han indicado a FARO fuentes de toda solvencia, que han abundado en que la histórica atarazana viguesa negocia ahora una nueva inyección de tesorería para dar por finalizada la construcción 548, un buque de 139,1 metros de eslora con capacidad para 1.505 pasajeros, 450 vehículos y 600 metros lineales de carga rodada. La empresa, controlada por la familia Santodomingo a través de Astilleros La Mecánica, asegura que no tiene «ninguna deuda» con empresas auxiliares y que está «al día» con las nóminas de sus 79 trabajadores. A preguntas de este periódico, Vulcano ha indicado que las pruebas oficiales de mar del ferri se realizarán «a finales de mes», y que es tarea de la armadora -Trasmediterránea, en este caso- fijar una fecha para las mismas. La naviera lo ha negado: «Corresponde al astillero fijar la fecha y la de entrega del barco cuando estén concluidos los trabajos», replicaron desde la compañía, integrada ahora en Naviera Armas.

Hasta la fecha el buque ha realizado dos pruebas de mar. En la primera se detectó un problema en un pistón del motor; las segundas fueron «satisfactorias». Desde Vulcano han expuesto además que el ferri está prácticamente rematado, a excepción de «pequeños detalles». De acuerdo al contrato firmado el 28 de abril de 2017 entre el astillero y la naviera, la fecha de entrega estipulada para el Villa de Teror era el pasado 28 de junio, que no se pudo materializar por distintas causas que Vulcano ha atribuido tanto a Trasmediterránea -el ferri lleva el nuevo logo de la armadora, que se desveló públicamente el 28 de julio- como al proveedor de los sistemas de propulsión. No ha trascendido si existe un acuerdo posterior que exima al astillero de una penalización por el retraso en la entrega. En la construcción naval los desembolsos por parte de la armadora se realizan por el cumplimiento de hitos: puesta de quilla, botadura, pruebas oficiales, entrega… Es lo que determina el índice de actividad de cada empresa.

A fin de garantizar la continuidad de la factoría, la dirección de Vulcano ha abierto dos vías paralelas de negociación. La primera, la adjudicación de nueva carga de trabajo; la segunda, la venta de la mitad de su capital social a «armadores turcos». Ambas están hoy en stand by. En primera instancia, el astillero confió en asumir la construcción de al menos uno de los siete buques con los que Nueva Pescanova renovará parcialmente su flota, y que finalmente fueron asignados en su totalidad a Armón (Vigo y Burela). En paralelo a la entrega de diversos presupuestos -incluido el de un arrastrero para Iberconsa, de 68 metros-, aspiró también a ser la subcontrata de Hijos de J. Barreras para construir el casco de uno de los dos cruceros de Havila Kystruten. En el sector descartan esta opción -«si hay algún problema económico, Barreras se queda sin casco y le hace un roto en las cuentas»-, y creen que Metalships & Docks, de Grupo Rodman, tiene más opciones. El astillero que preside José García Costas ha recibido ya la chapa para el primero de estos buques, que utilizarán un sistema híbrido de propulsión, con gas natural licuado y baterías. Con el ferri para Armas «a punto» de entrar en vigor, Barreras necesita otro emplazamiento por falta de espacio, ya que al crucero ultrapremium para The Ritz-Carlton -cuya botadura se produjo antes de plazo- le queda otro año de trabajo.

Los frentes abiertos en Factorías Vulcano son, por tanto, varios, aunque ha recibido con alivio algunas decisiones judiciales. El pasado enero, como figura en sus últimas cuentas anuales, el Mercantil nº 3 de Pontevedra validó la modificación de los plazos del convenio de acreedores, con lo que ha dilatado el plan de pagos; los abonos pendientes de 2016 (a Pymar y Banco Popular) se pasaron a 2017, y los de este último ejercicio se trasladaron a 2020. La Audiencia Provincial también condenó a Wärtsila Ibérica al pago de algo más de tres millones por perjuicios causados en la entrega del Vicuña, que la multinacional ha recurrido. Factorías Vulcano aspira por último a que la multa impuesta por el Supremo por haber causado la quiebra de su exfilial Factorías Juliana, de 25 millones de euros, sea calificada como un «crédito concursal no concurrente subordinado». Esto le permitiría aplicarle una quita del 80% -hasta los cinco millones de euros- y empezar a pagar en 2035.

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