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El vehículo autónomo se cobra su primera víctima mortal por atropello

El Mundo

 

No logró evitar a una mujer que cruzaba fuera del paso de peatones empujando una bici

Una mujer, Elaine Herzberg, resultó muerta tras ser atropellada por un vehículo sin conductor de Uber, en la ciudad estadounidense de Tempe (Arizona) en la noche del domingo. Hergderberg viajaba con una bicicleta, aunque no subida a ella al parecer, y es el primera víctima mortal de un coche sin conductor.

El accidente supone un gran revés para esta tecnología y aviva el debate sobre ella al producirse, además, en una intersección donde no había señalizado ningún paso de cebra.

Entre los detractores destaca Consumer Watchdog, quienes critican que la tecnología no se ha desarrollado lo bastante para garantizar la seguridad, y acusan a los legisladores de California, Arizona y Michigan, entre otros, de darle la bienvenida por motivaciones políticas.

«Debería haber una moratoria en las pruebas hasta que se averigüe lo qué ocurrió. Arizona se ha convertido en el salvaje oeste de las ensayos de coches-robot sin regulaciones, y cuando no hay ningún sheriff en la ciudad, la gente muere», señaló.

Sin embargo, este programa también cuenta con el apoyo de las autoridades federales, con los secretarios de Transporte de esta administración y la anterior, muy pendientes de los avances de esta iniciativa.

En cualquier caso, Uber decidió retirar de manera temporal sus vehículos autónomos de Arizona, San Francisco, Pittsburgh y Toronto (Canadá). Mientras, la Junta Nacional de Seguridad de Transporte y la Administración Nacional de Seguridad de Tráfico en Autopista han enviado a sus investigadores a Tempe.

De momento se desconoce si los familiares de la víctima emprenderán medidas legales contra Arizona; Uber, la compañía que lleva a cabo esta iniciativa; o, incluso, Volvo, el fabricante del vehículo, quien ha asegurado que su tecnología no ha sido la culpable. En contra de una posible demanda, la víctima no cruzó por ningún paso de cebra.

Sin embargo, este suceso si parece que llevará a un aumento de regulaciones y perjudicará la percepciónde la conducción autónoma, clave para reducir las muertes y los costes de los accidentes. Sólo en 2016, en EEUU murieron en ellos 37.000 personas, un 6% más.

En el Congreso de EEUU, los legisladores intentan encontrar un equilibrio entre seguridad y el desarrollo tecnológico, cuyos empresarios se han reunido en diferentes ocasiones con los políticos para abordar la cuestión de la regulación sobre este tipo de conducción autónoma. Precisamente, se habían hecha grandes avances en materia de legislación hasta que este año pareció encallarse en el Senado, precisamente debido a las preocupaciones sobre la seguridad de esta tecnología.

 

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