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Unidades formativas para empresas, una forma de adaptarse a las nuevas técnicas de producción y las necesidades del mercado

[Vía Faro de Vigo]

Galicia busca hacer de la formación un activo que permita al tejido empresarial incrementar su competitividad. Este año, 3.200 trabajadores se han formado en 83 empresas, principalmente relacionadas con sectores estratégicos como el la naval, la automoción y  las TIC.

El pasado mes de septiembre se pusieron en marcha las primeras Unidades Formativas en las empresas, un programa con el que la Xunta, a través de la Consellería de Economía, Emprego e Industria, busca ayudar al tejido empresarial a hacer de la formación un activo que les permita incrementar su competitividad preparándose así para dar respuesta a las nuevas técnicas de producción, a los perfiles laborales más demandados y a las exigencias del mercado.

Administración, industria y empresas de formación son las tres bases sobre las que se levanta un programa que acaba de resolver su segunda convocatoria y con el que se financia el 100 % de los cursos que las compañías decidan impartir, una formación a la carta en la que se implican las propias empresas.

«A la hora de diseñar las unidades formativas para ocupados, nos sentamos con los responsables de la empresa para que nos comuniquen sus necesidades. De esta forma podemos analizar cuántos trabajadores necesitan una formación más básica y cuántos una más especializada, y en función de la información recopilada vamos elaborando cada propuesta», explica Beatriz Couñago, adjunta de dirección de Formavigo, la empresa encargada de elaborar la unidad formativa de Pipeworks, una compañía especializada en la fabricación de equipos y componentes con tuberías que ha sido beneficiaria del programa de la Consellería de Economía.

En toda Galicia se aprobaron en 2018 un total de 332 unidades formativas para 3.200 trabajadores en 83 empresas. Del total de cursos, siete de cada diez están relacionados con el naval, la automoción o el sector TIC, tres industrias que requieren de personal cualificado para seguir creciendo y en los que la implantación de la tecnología juega un papel fundamental. Estas cifras se completarán ahora con la segunda resolución de este año.

«Se trata de cursos con una parte esencial de teoría pero absolutamente prácticos, ya que el objetivo está muy claro: conseguir la polivalencia y la cualificación de los trabajadores, bien para que mejoren las habilidades y capacidades que requiera su puesto, bien para profesionalizarlos, es decir, adaptarlos al procedimiento de trabajo que tiene la empresa, en el caso de los nuevos contratos” apunta Couñago.

Plan sectorial

Con esta iniciativa, se busca apoyar a los sectores estratégicos vinculados con la Axenda Industria 4.0 (naval, silvicultura, transformación de madera, fabricación de componentes electrónicos y ordenadores, automoción, aeronáutica, fabricación de muebles, edición de programas informáticos y telecomunicaciones y actividades relacionadas con la informática).

En el caso concreto del naval, la Xunta ha aprobado también el  primer plan sectorial de formación, que recoge un conjunto de iniciativas y líneas de ayuda, que incluye las propias unidades formativas, que suman 13 millones de euros para impulsar el empleo cualificado en esta industria y que beneficiará a 5.000 personas entre trabajadores y desempleados.

Desde el gobierno gallego argumentan que Galicia está liderando la recuperación del sector naval en España y necesita de un apoyo en materia de formación tanto para que los trabajadores en activo amplíen su cualificación, como para  abrir nuevas oportunidades a las personas desempleadas.

Una idea que también comparte Beatriz Couñago. «El naval en Galicia pasó por muchos años de vacío, de poca actividad, durante los cuales hubo despidos, cambios del sector entre los trabajadores,… Ahora, con el boom de trabajo que ha experimentado este sector, se ha encontrado que falta personal especializado y cualificados. Además, ha entrado mucha gente nueva, y no  puedes pretender poner de oficial de 1º a una persona que acaba de salir de un curso de formación de seis meses. Por eso pensamos que esta iniciativa de la Xunta es muy necesaria y es importante que se siga haciendo, para llevar a cabo ese reciclaje general que requiere el naval».

Para desempleados

El programa de Unidades Formativas se completa con cursos dirigidos a desempleados, para los que el presupuesto es de 1,85 millones de euros. La Xunta financia el 100 % de la calificación e incentiva la contratación, mientras que las empresas, por su parte, tienen que comprometerse a contratar como mínimo al 40 % de los alumnos que participen en cada una de las unidades previstas.

Son unidades absolutamente prácticas, ya que el objetivo es conseguir la polivalencia y la cualificación de los trabajadores.

Para aquellas compañías que superen el compromiso mínimo de contratación se les ofrecerá ayudas para promover los contratos indefinidos, que oscilan entre los 7000 y 16 000 euros. El apoyo mínimo de 7.000 euros aumentará hasta los 8.000 para los parados de larga duración personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social. Además, las mujeres, mayores de 45 años y emigrantes retornados, así como las empresas emplazadas en el rural , recibirán un 25 % más de ayuda sobre los 7.000 o 8.000 euros, segundo sea el caso, pudiendo llegar los apoyos de esta manera, a los 16.000 euros.

Vigra, ejemplo de empresa beneficiaria de esta nueva iniciativa

El astillero vigués Barreras está entre las 25 empresas de la comarca viguesa que participan en la primera convocatoria de Unidades Formativas. Allí se llevó a cabo la solicitada por Viguesa de Granallados (Vigra) para trabajadores desempleados, en la que 15 personas recibieron formación especializada para acceder a un puesto. «Ante la necesidad de mano de obra cualificada y la oportunidad que brinda la Xunta a través de estas subvenciones, optamos por hacer la solicitud y organizar la formación que necesitamos para formar trabajadores en los puestos de trabajo», relata Oscar Fernández Perelló, responsable del departamento de Recursos Humanos de Vigra.

El diseño de los contenidos fue hecho a medida según las necesidades de la compañía, con un programa confeccionado por personal propio de las areas de prevención, producción, etc. y el apoyo de GDO-CE, Perfiles RH y Barreras, entre otras.

Los cuatro módulos de los que constó la unidad (conceptos fundamentales de calidad, medio ambiente y prevención especifica en el puesto de aplicador naval; preparación de superficies metálicas; pintado de superficies metálicas; y prácticas y ensayos en la aplicación de pinturas) se completaron con temas de inserción laboral, sensibilización medioambiental y en la igualdad de género y formación para la igualdad.

La Unidad Formativa fue impartida por profesores de GDOCE. «Fueron ellos los encargados de poner los medios  humanos y materiales. En lo e que respecta a Vigra, participamos en todo el proceso de selección del personal, analizando currículos, haciendo entrevistas, etc.», explica Fernández.

La empresa también fue la encargada de ceder la maquinaria necesaria para la parte tu práctica del curso: equipos de chorreo, máquinas de pintura, mezcladores,…

«La formación fue teórico 40 práctica, pero con un carácter eminentemente práctico, ya que lo que se pretendía era que los trabajadores salieran lo más preparados posible para empezar a trabajar en el puesto de trabajo – apunta el responsable de Recursos Humanos-. El perfil de los trabajadores que buscábamos era el de operarios de tratamiento de superficies, por lo que trataron temas de limpieza, chorreo y pintura de superficies metálicas”,

El curso se diseño para 15 trabajadores y Vigra se comprometió a contratar al 40% de los alumnos que aprobaran  durante seis meses. “nada más acabar el curso se contrato a 10 trabajadores, de los que 9 siguen actualmente en plantilla” apostilla Fernández.

 

 

 

 

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