Proa ensaya una pintura para coches que permite aplicar capas sin secar
La Voz de Galicia
Suministra la imprimación de todos los vehículos que produce PSA en Vigo
Innovación, innovación e innovación. Son las tres normas de cabecera que Industrias Proa cumple a rajatabla. «Es una parte vital del negocio», afirma el gerente de la compañía, Antonio Vázquez. Esa visión de futuro que llevan años practicando es lo que permite a una pequeña empresa familiar de Vigo competir con grandes multinacionales del sector que multiplican sus 80 trabajadores de plantilla y, por supuesto, sus 13,5 millones de euros de facturación anual. «Siempre tenemos varios proyectos de I+D en marcha, algunos con financiación pública y otros con inversión propia exclusivamente», explica Vázquez.
Entre los primeros destaca un proyecto piloto vinculado a la industria 4.0 relacionado con la aplicación robotizada de pintura que cuenta con apoyo del Igape. Para ello han montado en la factoría de O Porriño un laboratorio que reproduce las condiciones de las cabinas de las plantas de automoción, que les permite simular cualquier cambio para dar respuesta a las necesidades del cliente, «con el que trabajamos de forma muy directa, de tal manera que cuando plantea un problema ensayamos al momento las posibles soluciones hasta dar con la mejor», señala Vázquez.
Esta es una de las ventajas que les hizo ganarse a finales de los 60 la confianza de PSA, hasta el punto de que en la actualidad la imprimación (pintura que se aplica antes de la laca final) de todos los vehículos que el grupo francés produce no solo en la planta de Vigo, sino también en la de Mangualde, llevan el sello de Proa. Esa confianza se mantiene tanto en el caso de la nueva generación de furgonetas K-9, ya en fase de preseries, como en el futuro todocamino V20, aún en fase de diseño.
Entre otras cosas, Proa está testando en su laboratorio piloto una nueva gama de pinturas destinada no solo al sector de la automoción, sino también al aeronáutico, que permite aplicar la segunda capa o sucesivas sin esperar a que esté seca la primera, con el ahorro tanto de tiempo como de costes que eso implica, «ya que no necesitará horno intermedio», explica Antonio Vázquez, que añade que el ahorro aún será mayor si se consigue reducir la temperatura del interior de las cabinas -«ahora es muy alta»- en las que se pintan los coches, mejora que también están ensayando.
El sector metalgráfico
La automoción -también suministra pintura a las auxiliares- representa el 25 % de la cifra de negocio de Proa. Otro sector en el que han logrado una importante presencia es el metalgráfico. Fabricantes de envases o de tapones de rosca para botellas son algunos de sus principales clientes. Este segmento suma otro 20 % de la facturación anual, con un mercado creciente en Sudamérica, «sobre todo en Chile y Perú», dice Vázquez. Dentro de Europa, Portugal es el destino de referencia de sus productos.
El restante 55 % de la producción se destina a decoración y naval. En este último caso suministran sobre todo a pequeños astilleros de ribera, pero también recurren a ellos armadores de grandes buques para realizar las labores habituales de mantenimiento.
Componentes con mayor protección para la fabricación tanto de coches como de aviones
La I+D+i, con especial dedicación a la última i (innovación), hace que Industrias Proa no solo acuda a convocatorias públicas para desarrollar nuevos proyectos en compañía de distintos socios, sino que trabaje también en iniciativas propias. La confidencialidad a la que le obliga el contrato que ha firmado con empresas de los sectores de automoción y aeronáutica impide a la compañía viguesa ofrecer datos tanto del nombre de las empresas en cuestión como del contenido del proyecto. «Lo que sí puedo decir es que se trata de un proyecto que persigue conseguir una protección extra para distintos componentes utilizados en la fabricación tanto de vehículos como de aviones». De manera paralela, añade, están trabajando en varios productos novedosos enfocados a la decoración y a la metalgrafía.
El director de Proa explica que buena prueba de la importancia que dan a la innovación es que el año pasado destinaron a tal fin una partida de un millón de euros, lo que representa más de un 8 % de su facturación total. «Este año invertiremos 200.000 euros»», dice. La previsión es alcanzar los 14 millones de cifra de negocio, que esperan que experimente un incremento importante cuando entre el 2019 y el 2020 lleguen al mercado los nuevos productos ahora en fase de pruebas.
La internacionalización forma parte del plan estratégico. Quieren crecer sobre todo en Europa, pero también esperan que las experiencias de Chile y Perú les permitan sumar nuevos clientes en Sudamérica.