Nodosa ultima el mejillonero «Ecomytilus» y lidera un proyecto de I+D en chorreo naval
[Vía Faro de Vigo]
El primer barco-factoría para procesar mejillón a bordo, listo antes del próximo verano -Con Ferri y Chorro Naval, busca mejorar la abrasión y pintado de cascos
El astillero marinés Nodosa Shipyard está en plena fase de armamento del primer barco-factoría para procesar mejillón a bordo. El conocido como proyecto Ecomytilus -avanzado por FARO en diciembre de 2016- estará listo antes del próximo verano, según fuentes de la factoría, que avanzan que los innovadores equipos serán instalados a bordo entre diciembre y enero. Por otro lado, la firma se ha unido a las viguesas Industrias Ferri y Chorro Naval para sacar adelante un proyecto de I+D que busca optimizar los procesos de abrasión y pintado de cascos.
El buque mejillonero fue presentado de forma oficial durante la última edición de Navalia tanto por parte de Nodosa (que mostró una recreación en su stand) como de Alfogar. Fue precisamente esta última firma, de Vilanova de Arousa, la que presentó los equipos que serán instalados tanto en la cubierta con en el interior del buque.
Junto a estas dos empresas también participan en el Ecomytilus las firmas Barlobento (O Grove) y Gefico (A Coruña). Los impulsores de la iniciativa, seleccionada por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) para la concesión de fondos Feder-Interconnecta, solicitaron una prórroga para finalizar el proyecto en tiempo y forma, ya que la idea era que estuviese terminado este año.
Por otro lado, Nodosa también participa en el proyecto Ecostreat junto a Ferri y Chorro Naval. En este caso la iniciativa fue seleccionada por el programa Conecta Peme y cuenta con una subvención de 1 millón de euros. El objetivo es desarrollar un nuevo sistema ecológico para los procesos de abrasión y pintado de los barcos.
En concreto se construirá una plataforma con elevadoras que tendrá dos cabinas: una dedicada al chorreo y otra para la pintura. En el primer caso se busca reducir el impacto acústico y ambiental así como optimizar el abrasivo que se utiliza. Para ello se instalarán tres chorros totalmente automatizados que solo requerirán de una persona para el control. En el segundo, se busca reducir la dispersión que genera el viento, para lo que se instalará un sistema de aspiración potente que evite que la vaporización se vaya a la atmósfera y moleste a terceros.