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Nodosa testa la «draga 4.0»

Faro de Vigo

 

El astillero inicia las pruebas de su proyecto para drenar el fondo marino de forma autónoma

En una de las dársenas del astillero marinense Nodosa Shipyard reposa estos días el robot que aspira a revolucionar el segmento de las dragas, en el que la factoría atesaora una buena experiencia. El proyecto E-corydora entra en la fase final con el dragado de los fondos del astillero y, posteriormente, en la desembocadura del río Lérez. El sistema permite su control desde el puente gracias al robot desarrollado, con el que llegan a zonas de difícil acceso. Es una draga 4.0.

La industria gallega está inmersa en un proceso de digitalización y el uso de las nuevas tecnologías, el llamado 4.0. Los astilleros también están tomando nota de los usos que se están llevando a cabo en otros sectores, como el de la automoción. Allí la utilización de robots y de cobots es más que una tendencia. Allí la utilización de robots y de cobots es más que una tendencia. Esta semana la factoría de Marín Nodosa Shipyard está dando un nuevo paso hacia el aprovechamiento de las nuevas tecnologías y testará la draga del futuro, capaz de drenar el fondo marino de forma autónoma gracias a un robot. Es la draga 4.0, correspondiente al proyecto E-corydora.

En una de las dársenas de la factoría, y al lado del arrastrero que el astillero está construyendo para la viguesa Pereira, el Equipo Submarino de Dragado Autónomo (ESDA), como ha sido bautizado, reposa junto a la pontona que cargará el sistema y los restos extraídos del fondo marino. La intención del astillero es que el bautizo, es decir, las primeras pruebas, tengan lugar esta misma semana en los fondos situados al final de las gradas.

Sin embargo será la próxima cuando la E-corydora se enfrente a su primer reto «serio»: la desembocadura del río Lérez. Allí, el robot tendrá que dragar una de las zonas con una tracción tipo oruga. «Esto te permite poder dirigirlo desde el puente y meterlo prácticamente en cualquier sitio», comenta el gerente de Nodosa, Rafael Outeiral.

Esta ventaja es lo que diferencia el sistema del que utilizan cualquier draga de última generación. «Son sistemas rígidos, limitados para espacios más grandes», indica. La intención de la empresa que el equipo, que es considerado «un equipo adicional», pueda ser ofertado en los próximos encargos que tenga el astillero en este nicho. «Sería como tener la draga completa», apunta Outeiral. Y es que la factoría se especializó en este tipo de embarcaciones a partir de 2006, cuando empezó a flaquear la construcción de pesqueros que ahora ha vuelto a explotar en las factorías gallegas. Desde aquella fecha Nodosa construyó cuatro unidades.

El proyecto E-corydora, avanzado por FARO, está liderado por Nodosafer (filial de Nodosa) e incluye a Subsea Mechatronics y al Centro de Investigaciones Submarinas. Cuenta también con el con el apoyo técnico-consultivo del Centro Tecnológico del Mar (Cetmar), el Centro de Ingeniería Mecánica y Automoción (CIMA) y el grupo de Procesado de Imagen y Realidad Virtual (GPI-RV-UVigo). Tiene un presupuesto de 3,5 millones de euros.

Atunero

Por otro lado, la factoría marinense está también avanzando en el resto de sus construcciones, siendo precisamente el de Pereira el próximo buque en la lista de entregas. De forma paralela, continúan las obras de reparaciones, que ahora se centran en el remozado del atunero Templario 1, que precisamente bajó al muelle el pasado fin de semana. La obra consiste en cambiar toda la cubierta principal y toda la habilitación para los marineros. Los trabajos continuarán ahora en el agua durante los próximos 15 días.

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