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Las fragatas que construirá Navantia garantizan diez años de trabajo en Ferrol

[vía La Voz de Galicia]

El macrocontrato autorizado por el Consejo de Ministros será firmado en un mes

El Gobierno dio ayer el último paso antes de la firma del contrato de construcción de cinco fragatas para la Armada española en Ferrol. El Consejo de Ministros autorizó al Ministerio de Defensa a celebrar la orden de ejecución (lo que en el mercado civil supondría la firma del contrato) de las F-110, que implicarán una inversión estimada de 4.317 millones de euros.

Con este hito se activa el cronómetro que se detendrá, si se cumplen las previsiones, el próximo mes, cuando Navantia y el gabinete de Margarita Robles rubriquen el pedido. Como en todos los contratos militares, echará entonces a andar un año de trabajos de ingeniería, en donde se definirá hasta el último detalle de los navíos, sus equipos y prestaciones, y será a partir del 2020 cuando dé comienzo la construcción física en los talleres.

El Gobierno argumentó esta millonaria inversión, que supone un espaldarazo al naval de la ría ferrolana, en la necesidad de dar relevo a las seis fragatas de la clase Santa María, que «entraron en servicio a partir de 1986, y todas ellas se encuentran en su último tercio de vida». De hecho, a partir del 2021 llegarían al fin de su vida útil, por lo que, «para mantener las capacidades actuales, será necesario reemplazarlas por las fragatas F-110».

Navantia y la Armada llevan varios años trabajando en el desarrollo de este programa, que, según el Gobierno, «es de gran relevancia económica, industrial y social para la totalidad de la industria nacional, dada la complejidad del diseño, la integración de sus avanzados sistemas y la propia construcción de las plataformas».

Con la luz verde a la rúbrica de la orden de ejecución se autoriza un programa que incluye no solo la construcción de los cinco buques, sino también de todos los pertrechos (chalecos salvavidas, material de seguridad interior, estachas de amarre, etcétera) y repuestos de primera instalación de cada barco necesarios para garantizar la seguridad de la navegación sin apoyo exterior. Además, Navantia también tendrá que prestar el apoyo logístico necesario para operar las fragatas, «que conlleva la información logística del buque, la obtención de documentación (plan de mantenimiento, aprovisionamiento y adiestramiento, manuales técnicos, documentación de mantenimiento y documentación de apoyo al aprovisionamiento), así como los sistemas necesarios para la implementación de la maqueta y gemelo digital».

Adiestramiento industrial

Como en otros encargos, la empresa que preside Susana de Sarriá asumirá el adiestramiento industrial, de operación y mantenimiento para el personal del Ministerio de Defensa involucrado en la construcción de los buques y las dotaciones.

El contrato tendrá un período de ejecución de diez años, y generará ocupación para unos 7.000 trabajadores.

De acuerdo con el calendario que maneja el Gobierno, la primera unidad será entregada en el año 2026, mientras que la última está prevista que entre en servicio en el 2031.

Buques multimisiones

Las F-110 tendrán 145 metros de eslora (largo), 18 de manga (ancho) y capacidad para desplazar 5.900 toneladas. Con el objetivo de ahorrar costes a la Armada, la tripulación será menor que la de sus antecesoras, las F-110, ya que estará formada por 145 personas.

Una de sus principales señas de identidad es el espacio multimisión que portarán los futuros buques, con lo que ganarán una gran versatilidad para llevar a cabo operaciones de todo tipo.

Las F-110 serán construidas en Ferrol, pero tendrán su base en Cádiz, al relevar a las de la clase Santa María, que están en la base naval de Rota.

Satisfacción por el encargo y cautela por el corto plazo

Javier Galán, presidente del comité de empresa de Navantia Ferrol -y también del intercentros de toda la compañía-, aseguró sentirse satisfecho por la luz verde a la celebración de la orden de ejecución. No obstante, recordó que el astillero ferrolano se verá abocado a una caída en la actividad antes de que la obra de las F-110 empiece a cobrar cuerpo. En estos momentos se fabrican dos buques de aprovisionamiento en combate para la Armada de Australia, que serán entregados entre este año y el próximo. A partir de entonces se abre un período de subactividad, por lo que Galán reiteró que «pelearemos por construir otro buque para la Armada española» en ese período, con el fin de mantener la actividad.

El alcalde de la ciudad, Jorge Suárez, también saludó el encargo y, aunque incidió en que ya tenía que estar en vigor, aseguró que abre una etapa para que «se xeren miles de empregos na comarca».

Más entusiasmo se vivió en las filas socialistas gallegas. El delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, definió el encargo como la mayor inversión en Galicia después del AVE, informa Eduardo Eiroa. Además, reseñó que el contrato permitirá un aumento del número de empresas que trabajan en el naval ferrolano, «pasando de 200 a 280».

También realizó su valoración del acuerdo el candidato socialista a la alcaldía de Ferrol, Ángel Mato, quien lo calificó como «el mayor programa encargado por el Ministerio de Defensa a Navantia en toda su historia». Además de incidir en que el Gobierno central ha acelerado los plazos de este contrato, añadió: «Navantia es el mejor embajador industrial que tienen Ferrol y su comarca. De la mano de las F-110, España va a poder mostrar al mundo cuál es el desarrollo tecnológico que tenemos».

 

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