La construcción naval de Galicia se asienta ya en el «top 5» de Europa con 35 contratos
[Vía Faro de Vigo]
Solo los astilleros de Italia, Holanda y Alemania cuentan con una cartera de pedidos mayor. – Ha asegurado 19 nuevas construcciones en lo que va de año, la cifra más alta en diez años
La debacle financiera, la doble recesión española y la crisis del tax lease llevaron al traste la intensa actividad contractual que la industria gallega de construcción naval había mantenido hasta 2008. Pero la ha recuperado ahora pese al ralentí del segmento offshore y al envite -subvencionado- de los astilleros del sudeste asiático, y aún a costa de haber perdido compañías como MCíes, Factoría Naval de Marín y decenas de auxiliares. Galicia ocupa ahora, con 35 unidades amarradas, la cuarta posición del sector en Europa por cartera de pedidos, solo por detrás de Italia, Holanda y Alemania. Han sido la especialización y la diversificación las palancas con las que la industria ha recuperado el músculo, con los research vessels (oceanográficos), los pesqueros y los buques de transporte (cruceros y ferris) como protagonistas. Según los datos facilitados a FARO por Pequeños y Medianos Astilleros Sociedad de Reconversión (Pymar), la sociedad que agrupa al grueso de la construcción naval privada de España, en el primer semestre del año los astilleros de todo el país contaban con 66 barcos en su cartera de pedidos. Con las tres unidades aseguradas por Hijos de J. Barreras (para Havila Kystruten y Naviera Armas), Armón Vigo (Comeau’s Sea Foods Limited y Nueva Pescanova) y Armón Burela (también para la pesquera de Chapela), Galicia alcanza ya esos 35 encargos.
Solo en los seis primeros meses del año los buques que entraron en vigor conllevan 450.000 horas de trabajo por importe 84 millones de euros. Claro que entonces no se había firmado el pesquero que construirá Armón para la pesquera canadiense, los seis barcos adicionales con los que Nueva Pescanova renovará parcialmente su flota -todos se harán en Galicia- o los encargos de Barreras. Solo estos últimos suman una inversión para las armadoras de 450 millones de euros, y para la atarazana viguesa la recuperación de uno de sus clientes más fieles. El ferri de Armas será el mayor buque construido en la Ría de Vigo y costará en torno a 150 millones de euros. Teniendo en cuenta que el Abel Matutes, el de mayor envergadura fabricado hasta la fecha por el naval vigués, contaba con 30.000 CGT, es previsible que la nueva unidad supere este registro. Será el primer ferri que se haga en Vigo con una propulsión de gas natural licuado (GNL), la misma que utilizarán las naves de la noruega Havila. En este caso dispondrán también de baterías -propulsión híbrida- para reducir al máximo el ruido.
A día de hoy todos los astilleros gallegos cuentan con carga de trabajo, aunque Factorías Vulcano deberá entregar en un mes el ferri para Trasmediterránea. Tras este buque, de momento, no tiene nada más. En la atarazana de Teis aspiran a adjudicarse uno de los arrastreros con los que Grupo Iberconsa pretende modernizar su flota y, sobre todo, con que Hijos de J. Barreras le confíe el casco de una de las dos naves de Havila. En paralelo continúa con las negociaciones con armadores turcos para transferirle parte del accionariado, sin perder el control de gestión. Vulcano es una rara avis, en todo caso. De los nuevos pedidos contabilizados hasta junio por el Ministerio de Industria, cinco entraron en vigor en Armón Vigo (para España, Argentina y Namibia), dos en Freire Shipyard (Kuwait y Bélgica) y dos en Nodosa (Holanda). Suecia, Angola, Groenlandia, Arabia Saudí, Malvinas y Reino Unido son los países de destino del resto de unidades que componen la cartera de pedidos. La mayor parte son pesqueros, aunque con tamaños y niveles de actividad muy diversos. El Regina C, que Metalships & Docks construye para Niisa Trawl, tiene 10.078 CGT, frente a las 3.244 CGT del fresquero que Armón Vigo ha empezado para Nueva Pescanova.
Con los buques de la pesquera, los de Barreras y Comeau’s Sea Foods Limited los contratos sellados en Galicia en lo que va de año ascienden a 19, el volumen más elevado desde finales de 2008. A partir de esa fecha la actividad empezó a decaer; hace una década el naval gallego firmaba 29 encargos (en todo el año), por los 17 de 2009. Al año siguiente, el recuento se paró en cuatro contratos. Ahora la industria confía en la renovación de la flota pesquera -Iberconsa quiere construir cinco o seis buques, y Pescapuerta proyecta un arrastrero de 75 metros- para mantener los niveles de actividad en el futuro, además de perseverar en los segmentos en los que es ya una referencia mundial. Y, claro está, en amarrar los dos nuevos cruceros de ultralujo de The Ritz-Carlton, que negocia ya únicamente con Hijos de J. Barreras. Solo este macropedido suma un importe de 500 millones de euros y dos millones de horas de carga de trabajo.