La automatización pone en riesgo cuatro de cada diez empleos que hay en Galicia
[Vía Atlántico]
El 60% de las ocupaciones destruidas por la crisis en la comunidad tenía un peligro bajo o medio, pero solo suponen la mitad de los trabajos creados desde la recuperación
No queda ninguna duda de que el desembarco de las nuevas tecnologías en la economía es un viaje de ida sin vuelta y que casi todo cambiará en el mercado laboral. Es una nueva revolución, la Cuarta Revolución Industrial, le llaman; y como las anteriores «tendrá consecuencias disruptivas», asegura Juan Ramón García, economista jefe del BBVA Research, en su estudio sobre los retos para Galicia por la automatización del trabajo publicado en el último número de la Revista Galega de Economía. Lo que ya no está tan claro es si hay que tener miedo o será una palanca de beneficios sociales. El debate bascula entre los expertos convencidos de que los nuevos puestos no llegarán para absorber la oferta de mano de obra y los que defienden que la reducción de los costes de producción y los precios finales «podría contribuir a incentivar el consumo y la creación de empleo», sin descartar el proceso «de destrucción creativa» propio de transformaciones de calado como esta. Toca identificar colectivos vulnerables frente a la revolución digital para «minimizar» el impacto. Con el tejido productivo que tiene Galicia, hasta un 38% de los empleos están en peligro de desaparecer.
Puestos directivos, ingeniería, enseñanza y salud están menos expuestos al riesgo de la revolución digital. No es el caso de «tareas más rutinarias», como las administrativas, la construcción o el sector primario. El porcentaje de empleo susceptible de ser cubierto por máquinas en Galicia es parecido al de Finlandia (35%) y menor al de EEUU (47%) y Alemania (59%), pero dos puntos superior al conjunto de España (36%) y hay un problema añadido: «Durante la crisis, las ocupaciones con media o baja probabilidad de automatización concentraron casi el 60% del empleo destruido -destaca el economista jefe de BBVA Research-. Durante la recuperación, tan solo explican la mitad del empleo creado».
Las posibilidades de computerización diminuyen cuanto mayor sea el grado de responsabilidad y cuanto más vinculadas estén a sectores como la educación o la salud. Y, evidentemente, con la formación. Los trabajadores en Galicia con primaria o primera etapa de secundaria representan el 38%, frente al 34% de media nacional. «Un mayor nivel educativo permite adquirir habilidades en áreas en las que las capacidades humanas todavía superan a las máquinas, lo que favorece la complementariedad entre capital y trabajo y la creación de nuevas oportunidades de empleo», explica en análisis.
El riesgo aumenta, en cambio, entre los empleados que no se forman. «Dado que el impacto de la tecnología probablemente acortará la vida útil de las habilidades de los trabajadores y que nos nuevos modelos de negocio implicarán cambios continuos de las competencias demandadas -añade-, la importancia de la formación continua, reglada y no reglada, como paliativo del riesgo de digitalización aumentará en el futuro».
La probabilidad de automatización es «comparativamente elevada entre los jóvenes» y las mujeres -con mayor presencia en actividades como la salud y la educación- se encuentran «mejor posicionadas» que los hombres. Servicios sociales, TIC, energía y actividades artísticas o científico-técnicas -profesiones totodas en las que Galicia está por debajo de la ocupación media en España- completan el catálogo de empleos más seguros en un cambio de modelo que tiene como singularidad «la velocidad que está alcanzando la actividad innovadora».