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Galicia laboral: más hostelería, menos industria

A diferencia de España, la comunidad pierde ocupados en un sector clave para la economía

Con un simple vistazo general, el aspecto que presenta el mercado laboral parece saludable: crece la ocupación y se reduce el paro. E incluso hay más elementos positivos: baja el desempleo de larga duración y los asalariados con contrato indefinido aumentan por encima de los temporales. Galicia ganó en el último año, según la EPA, 32.300 ocupados. Todo eso, con las grandes cifras. El descenso, en cambio, a los detalles proyecta algunas sombras: la generación de empleo crece en la comunidad por debajo de la media española y, además, continúa la caída de población activa, en parte por la crisis demográfica que se arrastra. A esto se suma otra realidad: el grueso de la generación de empleo se concentra en el sector servicios (hostelería). Que crezca la ocupación en esta rama, en sí, no es negativo. La luz roja se enciende porque se pierde trabajo en la industria, al contrario de lo que sucede en el resto de España. En este sector, Galicia contabiliza 3.600 ocupados menos en el último año, según la EPA, un descenso del 1,3 %. En el resto del Estado, sin embargo, crece un 2,3 %.

Esta es una de las cuestiones sobre las que alerta el último informe de coyuntura económica que elabora el Foro Económico de Galicia (FEG), una plataforma de transferencia de conocimiento desde la universidad y la empresa a los centros de decisión pública.

A la comunidad le falta más industria manufacturera y más intensiva en capital

«Hay que fijarse en detalle en lo que sucedió, concretamente, en el cuarto trimestre del 2018: justo en esos meses, crece la población ocupada gallega más que en el resto del estado y, sin embargo, la industrial cae. Una señal de preocupación y alerta», advierte Patricio Sánchez, profesor de la Universidad de Vigo, y uno de los miembros del equipo que ha elaborado este trabajo. La terciarización de la economía ya no sorprende a los expertos porque se trata de una tendencia que se ha incrementado con la crisis. «Como dato quizá también destacable yo señalaría un cierto despegue del empleo de la construcción. Es cierto que partía de niveles muy bajos, pero puede dar pistas del inicio de una nueva burbuja inmobiliaria», apunta Sánchez. Un escenario que, sin embargo, otros economistas ven todavía muy lejos porque el ritmo de construcción de viviendas y de concesión de hipotecas no tiene nada que ver hoy con el que había en el 2007, justo antes de que estallara la crisis económica más larga de la democracia.

Sobre el último balance de la EPA, existe coincidencia entre los académicos consultados. «Ese resultado es esperable: la economía gallega está terciariazada y, a pesar de que hay cierta desaceleración y de que se está creando empleo a un ritmo menor que la media española, los servicios mejoran sus cifras. Sin embargo, hay que señalar que este sector no suele acoger actividades altamente remuneradas, con alta productividad, si no que muchos empleos tienen una productividad reducida y son excesivamente intensivos en mano de obra poco cualificada», explica Alberto Vaquero, profesor de la Universidad de Vigo.

El camino

A la pregunta de por qué Galicia, al contrario de España, sí destruye empleo industrial, los expertos responden que porque falta mayor número de industrias manufactureras y de industria intensiva en capital. «Tenemos un tejido débil», subraya Patricio Sánchez. Los expertos consultados coinciden en que sería mucho más aconsejable que el crecimiento de la ocupación en Galicia se hubiera concentrado en mayor medida en el sector industrial, donde hay mayor productividad y mejores salarios, y porque se trata de una rama que contribuye a una mayor estabilidad en el empleo y, sobre todo, a la innovación y a la exportación, dos pilares determinantes en la competitividad económica de un territorio en un mundo cada vez más globalizado. De ahí la trascendencia de trazar una estrategia industrial a medio y largo plazo.

El crecimiento en las actividades profesionales, científicas y técnicas

No todo el aumento del empleo del sector servicios se concentra en la hostelería (6.200 ocupados más). Si se considera la evolución de la población ocupada en las diferentes ramas, destaca el comportamiento de las actividades profesionales, científicas y técnicas; actividades administrativas y servicios auxiliares, con diez mil personas ocupadas más, y también las que se engloban en el grupo de actividades sanitarias y de servicios sociales, que suman con 7.300 personas más. La cara negativa es que se ha reducido nuevamente el número de empleados en el subsector de la pesca y la educación, con 4.100 y 3.700 trabajadores menos en el último año, así como en el sector agrario, con 3.100 personas menos. El de servicios acoge el 71,8% de los ocupados gallegos (773.300 personas), frente al 14,3% del subsector de la industria manufacturera (154.300 personas), el 6,3% del sector primario (68.000 personas) y el 6,2% de la construcción (67.300).

La tendencia

«A crise económica trouxo consigo unha forte caída do peso relativo do emprego no sector da construción e da industria manufactureira. 4,3 e 2,3 puntos porcentuais menos entre 2008 e 2013, aumentando o emprego no sector servizos», apunta el último informe de coyuntura socioeconómica elaborado por el Foro Económico.

 

 

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