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Galicia entra en el panel de proveedores de Comac, el gigante aeronáutico chino

La Voz de Galicia

 

El rival asiático de Boeing y Airbus ficha a Delta Vigo para su primer avión comercial

¿Volar en un avión chino? De entrada más de uno se lo pensaría dos veces. Pero ¿y si sus credenciales son una autonomía de 5.555 kilómetros, capacidad para 158 pasajeros sentados en dos clases, un precio estimado en 70 millones de dólares (63,5 millones de euros) y, lo más importante, un cheque en blanco del Gobierno de Shanghái al constructor estatal Comac (Commercial Aircraft Corporation of China) para sacar adelante el proyecto con los mejores proveedores del mundo?

Es el C919, la apuesta de China para competir con Boeing y Airbus en el segmento de los aviones de pasillo único en el mercado más goloso de la aviación comercial, y queincorporará a bordo la más avanzada tecnología aeronáutica de patente cien por cien gallega.

«Se pusieron en contacto con nosotros hace un par de años, y hace seis meses cerramos el contrato para la grada de montaje y prototipos de componentes», afirma Francisco Puga, presidente de Delta Vigo. La compañía aeronáutica, pionera en el sector en Galicia, junto con la ourensana Coasa, comenzó como subcontratista de Airbus hace 20 años y hoy ya no se le resiste ningún constructor.

Un mercado colosal

A los contratos del consorcio aeronáutico europeo, en calidad de proveedor estratégico (una distinción que solo tienen 60 de sus 5.700 suministradores), se han ido incorporando pedidos del gigante americano Boeing, de la brasileña Embraer o del canadiense Bombardier. Ahora Delta Vigo entra en el sector asiático por la puerta grande de un mercado colosal (China necesitará unos 6.000 aviones en las dos próximas décadas, según estimaciones de su Gobierno).

La llamada de Comac no causó sorpresa a Delta. «Galicia hoy ya tiene nombre en la aeronáutica. Antes no estábamos en el mapa. Hoy Delta es conocida en todo el mundo. En el 2017 exportamos un 50 % de nuestra producción y en el 2020 estaremos en el 85 %», asegura Puga.

Para entonces, el grupo vigués, que acaba de poner en marcha su cuarta planta de producción (dos en Vigo, una en Nigrán y otra en Illescas, junto a la planta de ensamblaje del A350 de Airbus), estará facturando 65 millones (cerró el 2017 con 30 millones) y tendrá una plantilla de 270 empleados (tiene ahora 184).

El C919 no es el pedido más importante que tiene entre manos Delta Vigo, pero sí tal vez el de mayor recorrido. «Las aerolíneasasiáticas son en estos momentos los principales clientes de Boeing y Airbus, y Comac entra a romper ese mercado. Es la gran apuesta del Gobierno de China», explica Puga.

150 unidades al año

«Competimos con empresas enormes, pero nuestra tecnología nos permite ganar por conocimiento. Vamos a los componentes de mayor dificultad y ahí es donde aportamos valor», afirma.

Ese conocimiento cien por cine gallego ya voló el pasado 17 de diciembre en el segundo prototipo del C919, en su primera misión de prueba, en Shanghái.

Tras probar los 22 sistemas, el reactor deberá realizar «al menos otros 120 vuelos de prueba más», dijo Comac.

Solo entonces, y «después de más de mil comprobaciones», la aeronave podrá obtener su certificado de aeronavegabilidad y comenzar a volar con pasajeros, algo que la compañía prevé para finales de este 2018.

El C919 es el gran reto de la compañía y de China. «Queremos un avión que sea fácil de manejar, como un automóvil», dice el constructor, que asegura tener firmados ya 785 pedidos por parte de 23 clientes, con la aerolínea China Eastern como principal. El plan contempla construir hasta 150 unidades al año.

El bum de la aviación civil, gran motor del sector gallego

El negocio civil es el gran motor de la industria aeronáutica en España, en donde Airbus Group tiene una amplia red de suministradores de componentes (2.255 el año pasado), a los que contrató un volumen de actividad por valor de 1.700 millones de euros.

El constructor es el pulmón del sector en Galicia, pero la entrada de una compañía aeronáutica gallega en el panel de proveedores de Comac, además de ser un hito, abre grandes oportunidades para la industria auxiliar, integrada por una decena de firmas del metal.

El año recién despedido será recordado por la entrada en servicio de las versiones revisadas de las familias de aviones de los dos grandes fabricantes mundiales, Airbus A320 Neo y Boeing 737 Max, en los que vuela tecnología gallega firmada por Delta Vigo, Coasa y, en menor medida, Utingal; al igual que en la familia del A350 de Airbus.

En crecimiento

El Consorcio Aeronáutico Gallego (CAG) cifra en aproximadamente un 20 % el incremento de la producción del sector, gracias a la demanda de los modelos en los que participa.

Hay más mercado al que acceder. Por ejemplo, los primeros pasos de la aeronáutica gallega en la aviación ejecutiva ya están dados. Empresas del sector ya han conseguido paquetes de trabajo para reactores y helicópteros para viajes privados.

En la nómina de clientes de las empresas del consorcio figuran ya, además de Embraer, Airbus Helicopter (para la planta de Illescas), Augusta Westland (británica), Bombardier (canadiense), Gulfstream Aerospace (estadounidense, filial de General Dynamics) o Israel Aerospace Industries (IAI), la principal industria aeronáutica de este país, y conocedora del sector, porque eligió el aeródromo de Rozas para probar su dron militar.

«Una de las mayores satisfacciones que hemos tenido en estos últimos años al frente del CAG es que tanto Airbus como Boeing y Embraer se han sorprendido de la capacidad de nuestras empresas. Nos han transmitido que su capacitación técnica y su ingeniería son de una calidad muy elevada. Ven a Galicia muy bien posicionada para seguir creciendo en este sector», afirma Enrique Mallón, presidente del Consorcio.

 

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