España pujará por arrebatar a Reino Unido producción de Airbus
Expansión
China, Estados Unidos y los Estados con participaciones en el consorcio aeronáutico se encuentran al acecho de parte de la producción británica de alas para aviones.
Entre los múltiples asuntos sometidos a revisión como consecuencia del Brexit, también figura el futuro de algunas industrias estratégicas como la aeronáutica. Aunque no forma parte de las negociaciones políticas, ya hay varios Estados, entre ellos España, dispuestos a entrar en la puja en caso de que Airbus decida trasladar a otros lugares parte de su actual producción en el país británico, indican fuentes del sector a EXPANSIÓN.
Reino Unido se hace cargo desde hace cinco décadas de la fabricación de alas para aviones comerciales, unas piezas de alto valor añadido en las que, hasta la fecha, la competitividad británica ha estado libre de toda duda. Sin embargo, el Brexit puede cambiar las tornas y España, que ya produce algunos componentes para las alas del A350, observa de cerca la situación, a la espera de un espaldarazo para sus centros aeronáuticos de Getafe, Illescas, Toledo, Albacete y Puerto Real.
Las fuentes consultadas indican que existe un interés del Gobierno que ha quedado patente en varios foros, sin que por el momento se haya realizado una petición formal. A diferencia de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) o de la Agencia Europea del Medicamento (EBA), en este caso la decisión es puramente empresarial y depende de un deterioro en el negocio relaciono con la pérdida de competitividad tras el Brexit. Las piezas viajan de Reino Unido a Bremen y después a Toulouse, y cualquier factor que encarezca su circulación, sobre todo el fiscal, puede afectar a decisiones futuras.
INVERSIONES FUTURAS
Fuentes de Airbus no quisieron realizar ningún comentario sobre este aspecto. Desde el sector indican que la compañía no tiene intención de reducir su actual producción en Reino Unido y que no ha recibido ninguna llamada de ningún país reclamando el traslado. Otra cosa es la evolución de las negociaciones del Brexit y, sobre todo, cómo puede afectar su resultado a las inversiones que se aborden en el futuro.
El negocio de Airbus se ha colado en el debate como otras muchas variables, con la particularidad de que en este caso se habla de una industria estratégica en la que las transacciones comienzan a mirarse con lupa. Recientemente, la británica Rolls-Royce logró salvar el escollo del Brexit y, pese a las condiciones impuestas por el Ministerio de Defensa, cerrar la adquisición del fabricante de piezas para motores de avión ITP a Sener.
EEUU Y CHINA
España no es el único país interesado. Según Bloomberg, al menos siete países se han acercado informalmente a Airbus interesados por el futuro de la producción de alas en Reino Unidos si se consuma el Brexit.
Entre los países al acecho figuran no solo los europeos, entre ellos Francia, Alemania y España, sino también Estados Unidos y China, donde la empresa dispone de líneas de ensamblaje. México y Corea del Sur también miran de cerca cualquier pérdida de competitividad en Reino Unido que les pueda meter en la carrera por hacerse con parte de la producción del gigante europeo.
El eje del negocio de aviones comerciales se está desplazando además hacia Asia, que ya acapara una tercera parte de las ventas de Airbus y reclama más producción. En el reciente viaje del presidente francés, Emmanuel Macron, a China se especuló con la posibilidad de que el país pudiese asumir parte de la producción del A380 a través de una alianza estratégica con el gigante europeo. En septiembre del año pasado, Airbus inauguró un centro de producción en Tianjin después de invertir 200 millones de dólares. La compañía Korea Aerospace Industries ya fabrica paneles para las alas del A320.
En cuanto a Estados Unidos, Airbus inauguró hace dos años una planta en Alabama para producir el A320, que podría nutrirse de la eventual fabricación de alas en este país o en México.
Los directivos de Airbus ya han advertido de que la producción en Reino Unido no está garantizada, en un entorno en el que las decisiones sobre el negocio se adoptan a nivel global. “Nuestro compromiso no es con ninguna nación en particular”, ha afirmado al respecto el consejero delegado de la compañía, Tom Enders. “El compromiso es el primer lugar con la competitividad global y con nuestra industria”.
Cerca del 10% de la plantilla global de Airbus, unos 15.000 trabajadores, se encuentra en Reino Unido y, especialmente, en la ciudad de Broughton, en Gales, y en Filton, Inglaterra. Los principales accionistas de Airbus son los gobiernos de Francia y de Alemania, con un 11,1% cada uno, además de España, que a través de la Sepi dispone de un 4,17%. La española Amparo Moraleda se sienta en el consejo de administración de la empresa.