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Empresas del naval gallego solo captan 195 parados para cubrir 1.200 puestos vacantes

[Vía Faro de Vigo]

-Son alumnos de las unidades formativas, con itinerarios diseñados a la carta por el sector -Uno de cada diez empleados va a cursos para adaptarse a nuevas técnicas de producción

Además de los condicionantes externos que hacen de la construcción naval una actividad habitualmente cíclica, la falta de mano de obra cualificada -avistada en 2016, en paralelo a la recuperación del sector tras el impasse del tax lease- se ha presentado como el principal reto que afrontan astilleros e industria auxiliar. A los profesionales que abandonaron el naval -o Galicia- durante la crisis, y que no regresaron a esta actividad, se suma la próxima jubilación de unos 1.400 trabajadores, para los que todavía no hay reemplazo. Hace casi dos años la Consellería de Economía e Industria puso en marcha un programa diseñado a la carta para las empresas que así lo desearan; fueron las unidades formativas que, según los datos facilitados por el departamento que dirige Francisco Conde, solo reclutaron 195 desempleados pese a la garantía de contratación de al menos el 40% de los alumnos. Y eso que, durante este periodo, las vacantes se han mantenido en torno a los 1.200 profesionales. Los 400.000 euros destinados por la Xunta a sufragar estas unidades -trece, en total- han arrojado un coste por persona superior a los 2.000 euros.

En suma, el Gobierno gallego ha destinado 13 millones de euros para dotar al sector de nuevos profesionales y capacitar a los ya ocupados en el naval. Los cursos para desempleados, que se ofrecen en las oficinas del antiguo Inem clasificados por familias profesionales, han contado desde la misma fecha (2017) con 1.858 trabajadores. En total el coste ascendió a 9,3 millones de euros -a razón de más de 5.000 euros por alumno-, a sumar a los 1,3 millones destinados a la «modernización» de los centros de formación de Vigo y Ferrol. Colectivos como la Asociación Clúster del Naval Gallego (Aclunaga) han aplaudido la colaboración de la Consellería de Industria, si bien han recordado que «el itinerario formativo necesita seguir adaptándose al tipo de capacidades que demanda la construcción naval en la actualidad». Con más de treinta buques en la cartera de pedidos, la industria gallega ha alcanzado un nivel de actividad inédito en la última década, con lo que astilleros y auxiliares han tenido que echar mano de empresas foráneas para cumplir los hitos de construcción.

En cuanto a la mejora de la capacitación de los trabajadores ya ocupados, se han programado 138 cursos con una inversión de 1,9 millones de euros, y que han contado con 1.527 asistentes. Teniendo en cuenta las últimas cifras ofrecidas por Aclunaga respecto a la afiliación de empleados en el naval (14.200 a cierre de 2018, cifra que la patronal metalúrgica Asime rebaja hasta los 10.200), apenas uno de cada diez profesionales ha completado una formación «para dar respuesta a las nuevas técnicas de producción» en segmentos como la robótica, la informatización de procesos o la impresión en 3D. «Necesitamos -concluye el clúster del naval- mano de obra cualificada en ámbitos como la soldadura, la calderería, la robótica o el diseño, y en ocasiones cuesta encontrarla en la oferta de formación profesional y ocupacional de nuestro entorno».

 

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