Conexiones portuarias, un objetivo prioritario del Corredor Atlántico
[Vía El Correo Gallego]
Fomento tiene previsto inversiones de mejora de la malla ferroviaria // Clave adicional es aprovechar la posición marítima estratégica de las dársenas
La puesta en marcha de proyectos para mejorar las infraestructuras ferroviarias gallegas, con vistas al intercambio de mercancías, a través del Corredor Atlántico de la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T), no estaría completa sin las conexiones ferroportuarias a las principales radas de la comunidad autonómica. Es por tanto una prioridad modernizarlas y ampliarlas.
Los puertos gallegos de interés general se sitúan en la fachada oceánica más cercana a los tráficos del norte de Europa con Áfica y América y, a través del canal de Panamá con Asia. Históricamente no captan los de los embarcaderos del Mediterráneo porque los países del lejano Oriente, China, sobre todo, hasta la ampliación de las esclusas de la infraestructura centroamericana, habían optado por el de Suez y acercarse a Europa.
En su posición geoestratégica, Galicia nunca mostró interés por mover lo que no fueran sus propios productos que generan negocio. No se pensó en las dársenas como unas bases receptoras y distribuidoras entre otros mercados internacionales.
La intermodalidad de las cargas de los barcos a los trenes quedó solucionada hace medio siglo con las terminales logísticas de Vigo-Guixar y A Coruña-San Diego, que mejoraban la estructura anterior que envíaba cargas a la meseta. Pero la lentitud del tránsito en los largos recorridos peninsulares y el condicionamiento de los 375/400 metros de longitud de los convoyes para abaratar costes no hizo atractivo este modo a las empresas.
Las otras tres Autoridades Portuarias también tienen su red de ferrocarril conectada a la principal. La de Ferrol, por ahora, solo en los muelles interiores al estar en construcción el acceso al exterior de Caneliñas mientras que San Cibrao (A Mariña lucense), que pertenece a su jurisdicción, dispone de vía estrecha en su entorno, aunque sin ramal interno. La de Marín-Ría de Pontevedra funciona con regularidad, y la de Vilagarcía de Arousa dispone de una malla férrea en sus muelles.
No obstante, son las herculina y olívica las que deben ampliar su estructura. La primera está en la fase previa a la licitación de las obras a la nueva dársena de punta Langosteira, y la segunda aún se encuentra en el debate de ideas que pueda conectar la zona de Bouzas, y así completar lo existente en Guixar. Se piensa hacerlo a través de una vía que rodee la ciudad por la Zona Franca y enganche en O Porriño. Este proyecto depende también de la llamada salida sur de la estación pasante de Urzáiz hacia Sárdoma, donde se produciría un empalme.
Los datos de Fomento apuntan a que una de cada cinco toneladas de los productos de nuestra región se mueve en el global de las principales radas, pero no se travasan en suficiente cantidad al tren para llevarlas al resto de España o Europa. Lo positivo es que cada dársena está especializada en un tipo de tráfico y no compiten entre sí.
PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA. Desde el departamento ministerial se está intentando cambiar el concepto de las infraestructuras como solución para resolver u organizar un territorio, sino que deben ser presentadas como un medio de la logística y servir, aprovechando su potencial, para el crecimiento económico. Lo dio a entender recientemente el exsecretario general del mismo, José Javier Izquierdo, en una jornada organizada por el Colegio de Ingenieros de Caminos en A Coruña.
Así en la planificación prevista, en un futuro inmediato (horizonte 2030) en España se producirá el cambio de ancho de vía férrea y universalizar el estándar de 1.435 milímetros, adoptado ya en la mayor parte de los países de Europa. A la vez se produzca una homogeneización de los sistemas de seguridad implantando el Ertms.
Ello servirá para el impulso del tráfico de mercancías por ferrocarril -que solo capta el 5% del total por el 20% mínimo de media en la Unión Europea-, junto a medidas como la mejora de la superestructura, electrificación y la ampliación de los apartaderos para permitir circular unidades de 750 metros de longitud.