Alemania cree «un desastre» la retirada de EEUU del acuerdo para reducir barreras comerciales
Atlántico
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elevó ayer el tono de sus amenazas y arremetió de nuevo contra la UE y Canadá tras el desencuentro vivido el fin de semana en la cumbre del G7 en Quebec después de que el magnate repudiara el comunicado conjunto que él mismo había suscrito apenas unas horas antes, atacando además al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, en unos términos inusualmente personales.
El magnate neoyorquino rompía roto otra vez el consenso internacional en un comportamiento excepcional entre supuestos aliados. Aunque se esperaba una cumbre tensa y difícil con un Trump desafiante y aislado, el desastre era aún peor de lo que se temía.
El presidente de Estados Unidos, anunció el domingo, vía Twitter y después de abandonar Canadá rumbo a Singapur, que rechazaba el documento elaborado por las siete potencias más industrializadas del mundo. Pero continuó de madrugada en su red social favorita lanzando seis tuits consecutivos contra los aliados clave de Estados Unidos y poniendo en jaque a la diplomacia internacional.
De hecho, Europa reaccionó ayer y el Gobierno de Alemania admitía que la decisión de Trump de retirarse del acuerdo logrado para reducir las barreras comerciales supone un «desastre diplomático», por lo que ha apelado a la unidad de los otros seis países que conforman este bloque. Y es que Donald Trump, ha tildado de «tonta» cualquier relación comercial que no se lleve a cabo de forma recíproca.
El comercio “tonto»
«El comercio justo ahora será llamado comercio tonto cuando no sea recíproco», indicó el magnate en su cuenta de Twitter. «No es justo para la gente de Estados Unidos. 800.000 millones de déficit comercial», manifestó. «¿Por qué debo, como presidente de Estados Unidos, permitir que otros países tengan superávits mientras nuestros trabajadores, contribuyentes, y agricultores deben pagar un preó cio tan injusto?», insistió el magnate, que se encuentra en Singapur para reunirse el martes con el norcoreano Kim Jong Un.
Por otra parte, el presidente hacía hincapié en la «injusticia» que supone que Estados Unidos contribuya económicamente a la OTAN en mayor medida que el resto de países miembro. El hecho de que Trump vincule ahora la OTAN a la disputa comercial con sus tradicionales aliados es nuevo y la diplomacia internacional se esfuerza en encauzar las relaciones.
El detonante de la furia del republicano era que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, criticó los aranceles de EEUU al acero y aluminio una vez que Trump abandonó Quebec, lo que provocó que el magnate se posicionara en contra de la declaración conjunta a la que se llegó tras una intensa cumbre. Los otros socios del G7, sorprendidos por la reacción del magnate, se comprometieron a apoyar el comunicado, llevando a Trump a elevar el tono y retomar las amenazas de más aranceles.
Desde Alemania, el coordinador del Ejecutivo germano para temas de cooperación transatlántica, Peter Beyer, ha reconocido que ya no le sorprende que el presidente norteamericano Donald Trump, «sea errático y poco fiable».